La Constitución del 91 nos sacó del limbo institucional en que nos encontrábamos porque el sistema político se había bloqueado. Habían fracasado dos importantes reformas constitucionales: las de los actos legislativos 2 de 1977 y 1 de 1979. Tampoco habían tenido éxito las propuestas de los gobiernos Betancur y Barco. La Carta del 91, además, le ha dado gobernabilidad al país durante épocas tormentosas: proceso 8000, auge del narcotráfico, la guerrilla, el paramilitarismo y últimamente, las bacrim. De la Constitución del 91 puede decirse que tenía un mínimo de unidad y coherencia, porque estructuró y definió una determinada forma de gobierno y cada una de sus piezas se articulaba dentro de todo el conjunto institucional. Ninguna era pieza suelta dentro del tipo de Estado que organizó. Esa unidad y esa coherencia, a las que de todas maneras se les podían formular reparos, han desaparecido ...